sábado, 13 de marzo de 2021

Información sobre tragedia griega

EL TEATRO GRIEGO


ORÍGENES Y EVOLUCIÓN DEL TEATRO

El teatro en Grecia se ubica en los siglos V A.C. cuando Atenas estaba en su esplendor artístico. Se cree que el teatro griego proviene de los antiguos ritos dionisíacos, dios del vino (Dionisios) que estaba íntimamente involucrado con ciclos naturales.

En estos ritos, los hombres solían disfrazarse de animales con la idea de  parecerse a las divinidades y conseguir algunos beneficios de su poder. Bajo esos disfraces se representaba el espíritu de los bosques y de la vida silvestre.

Dionisos tiene la particularidad de ser el único dios que pasa por todas las edades del hombre. Al principio es un niño, luego un mancebo y muere para volver a la vida, reflejando así los ciclos naturales. De esta manera, su culto tiene una íntima vinculación con la vida y la muerte, y con sus misterios.

Arión organiza estos ritos en forma de coro dramático. Luego el ditirambo (canto a Dionisos) pasó de ser una canción improvisada a ser un himno coral con música y acción mímica. Con el tiempo, el elemento dramático se va desarrollando y el director del coro se convierte en un personaje y dialoga en canciones con el resto del coro.

Esto podría haber quedado estático de esa forma, pero el gusto del público comienza a refinarse. La tragedia ática comenzó en 535 a.C. cuando en el gran festival de Dionisos, Tespis apareció con su coro de “tragodoi” o “cabríos cantores” y presento algo como un drama rudimentario. Esta obra era cantada, como una cantata dramática. La acción era muy sencilla y solo el jefe del coro tenía un papel definido.

Según Aristóteles fue Esquilo quien aumentó el número de actores de uno a dos, disminuyendo la importancia del coro y concedió un primer papel al diálogo. Sófocles aumentó el número a tres, haciendo que la tragedia alcanzara mayor extensión, abandonando la fábula breve y adquiriendo majestad.

DEFINICIÓN DE TRAGEDIA

Según Aristóteles la tragedia es “la imitación de una acción de carácter elevado y completa, dotada de cierta extensión en un lenguaje agradable, llena de bellezas de una especie particular según sus diversas partes, imitación que ha sido hecha o lo es, por personajes en acción, la cual, moviendo a compasión y temor, obra en el espectador la purificación propia de estos estados emotivos”.

Esta purificación del espectador por medio de la tragedia es lo que se dio a conocer como catarsis. Toda acción trágica debe mover a compasión, y para ello, sus protagonistas no deben ser mejor que nosotros, ni peores, sino iguales a nosotros, y caen en una desgracia inmerecida e ineludible. No cae en razón de su maldad, sino como consecuencia de un error que ha cometido, sin malicia, un error a medio camino entre la mala suerte y la injusticia. Es la catarsis el fundamento de la tragedia y lo que la ubica en un entorno didáctico. La tragedia tiene el fin de educar.

Lesky observa, estudiando el hecho trágico que en el mismo se encuentra al radiante héroe, vencedor, ante un fondo oscuro de muerte, que le arrebatará de entre sus alegrías para sumirlo en la nada.

Goethe definía la tragedia de esta forma: “Todo lo trágico se basa en un contraste que no permite salida alguna. Tan pronto como la salida aparece o se hace posible, lo trágico se esfuma”.

Y Chaucer afirmaba, siguiendo el principio aristotélico que la tragedia es un tipo de historia cuyo personaje “que se encontraba en medio de una gran felicidad, cayó de ella en la desgracia y acabó míseramente”.

Investigando sobre cuales son los elementos que sostienen a una tragedia, Lesky menciona seis.

El primero refiere a la caída en desgracia. Lo trágico debe significar la caída desde un mundo ilusorio de seguridad y felicidad en las profundidades de una miseria ineludible. En el fondo trágico está en la lucha del héroe contra su destino, del cual, irremediablemente, saldrá perdiendo.

El segundo pilar de lo trágico está en la catarsis. Esta caída en desgracia tiene un propósito fundamental, el de conmovernos, purificar nuestros estados emotivos por medio de la compasión y el temor, vinculándonos íntimamente con el personaje. La compasión significa “con pasión”, tener la misma pasión con el otro, y a su vez el temor radica en saber que a nosotros también nos puede suceder.

El tercer punto está dado por el sujeto del hecho trágico. La persona envuelta en ese conflicto ineludible debe haberlo aceptado en su conciencia y sufrirlo a sabiendas. El elemento racional en la tragedia griega es crucial, por eso se le da importancia, como fundamento de la misma a lo que se llamó la “anagnórisis” del personaje, que es la revelación, el “darse cuenta”, el “comprenderlo todo”. Esa anagnórisis permite la situación trágica, cuando el personaje comprende que hay fuerzas opuestas que se levantan unas contra otra y el ser humano no encuentra una solución a su conflicto y ve su existencia entregada a la destrucción.

El cuarto elemento a considerar es la falla que según Aristóteles es la forma correcta y eficaz de presentar lo trágico porque la caída desde el prestigio y la felicidad se produce por ella. Este no es un fallo moral ya que el hombre afectado por lo trágico no es moralmente perfecto, ni reprobable, sino que el espectador debe ser testigo de una desgracia inmerecida. Este es un fallo intelectual, de lo que es correcto, un fallo de la inteligencia humana en el embrollo en que se encuentra nuestra vida. Una culpa que no es imputable subjetivamente, pero que objetivamente existe con toda gravedad, es una abominación para los dioses y los hombres, y puede afectar a un país entero.

Y por último, el acontecer trágico debe tener un sentido, debe ser ejemplo moral. La tragedia tiene el propósito de educar.

ELEMENTOS DE LA TRAGEDIA

ESTRUCTURA EXTERNA

En su estructura externa podemos dividir la tragedia en un prólogo, episodio, éxodo y el canto del coro que a su vez de divide en “párodos” y “stásimon”. El prólogo es lo que precede a la entrada del coro. En él puede aparecer un personaje que presenta la situación en lo inmediato.

Luego entra el coro con el párodos y allí se ubica al espectador en hechos muy posteriores que permiten comprender cómo se ha llegado a ella. El coro es la representación del pueblo, y es lo que de ritual queda en la tragedia. Por eso, como dice Hauser, es gracias al coro que se puede unir la política (“polis”, ciudad) con lo ritual. Las siguientes apariciones del coro son los stásimos, que se hayan entre episodio y episodio y cuestionan y comentan la acción de los episodios. El coro será algo así como la “doxa”, la opinión pública. El coro también puede participar de los episodios dialogando, interrogando, cuestionando a alguno de los personajes, y su papel es el de guía del público en los conflictos morales que presenta la obra.

Los episodios son donde se desarrolla la acción con los personajes. Y el éxodo es el final de la obra, es decir su resolución.

ESTRUCTURA INTERNA

La estructura interna tiene como primera instancia un marco en el que se presenta la situación, un nudo en el que se desarrollan los hechos y un desenlace, en el que se resuelven los mismos. Este desenlace está precedido por dos hechos fundamentales: la peripecia y la anagnórisis.

La peripecia es la caída en desgracia del protagonista. Es ese suceso que precipita el desenlace. Es cambio de situación que define a la tragedia. Y la anagnórisis es cuando el personaje, por medio de la acción reflexiva, comprende que ha caído en desgracia.

UNIDADES DE LA TRAGEDIA

Observando las tragedias de su época, Aristóteles haya que las mismas parecen cumplir tres unidades básicas. 

La primera unidad es la de tiempo. Él ve que las tragedias tienen un tiempo ficcional. Toda la acción que se desarrolla en ella no trasciende las veinticuatro horas. Hablamos del tiempo ficcional para referirnos a la acción de la historia. Puede hacerse referencia a hechos pasados, que van explicar el presente, pero la acción del protagonista es la de un día en su vida.

La unidad de acción es otra de las unidades analizadas por el filósofo. Él dice que la tragedia tiene una sola acción entera, y todas las pequeñas acciones que puedan mencionarse en la tragedia están ensambladas de tal manera que si se transpone o se suprime una de ellas queda rota la trama y todo se trastoca.

La última unidad se desprende de las dos anteriores y es la unidad de lugar. Si hay una sola acción, en un solo día, es lógico suponer que todo sucede en un solo lugar.

Trabajo realizado por la Prof. Paola De Nigris
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Osvaldo Dragún - Historia del hombre que se convirtió en perro

 Osvaldo Dragún



En relación a la obra "Historias para ser contadas", tomaremos la "Historia del hombre que se convirtió en perro", la última de esas cinco historias. 
Osvaldo Dragún, seguidor de Brecht, plantea un teatro épico, en cual lo dramático se mezcla con lo narrativo, así pues los actores serán además de narradores, personajes. 
Vale aclarar que este autor quiere ahondar el el concepto del trabajo en relación al sistema capitalista, hegemónico en nuestros días, y contraponiéndolo con el concepto de trabajo de Marx, él va criticando la deshumanización de este sistema y la explotación del trabajador a tal punto de dejar de ser un hombre para ser una parte de la cadena productiva. 
El sistema tiene sus trampas, y es por eso que la historia tiene el propósito de concientizar al espectador de aquello que podremos convertirnos si caemos en ellas.
Para ayudar a comprender estos aspectos de la alienación y la deshumanización del trabajo, hemos creado un recurso abierto de aprendizaje que compartiremos en este espacio. Haz click aquí para encontrar el recurso



miércoles, 23 de septiembre de 2020

Información general de la Biblia. Génesis I. Prof. Mingroni

 


Haz click en: Información general. Capítulo I del Génesis.

La información general planteada en este enlace es estrictamente elegida y jerarquizada por la Prof. Sara Mingroni.

Sabemos que el estudio de la Biblia puede realizarse desde diferentes puntos de vista, incluso con diferentes argumentaciones. La Prof. elige la jerarquización y la interpretación de la información desde un punto de vista literario, adecuada a la formación Secundaria, revisando especialmente el Capítulo I del Génesis.

Parábola de Hijo Pródigo. Prof. Sara Mingroni

 


Haz click en: Parábola del Hijo Pródigo. Lucas XV

Este trabajo está realizado por la Prof. Sara Mingroni. Haz "click" en el link superior.

Libro de Génesis - Prof. Sara Mingroni

 


Haz click en: Análisis del Capítulo II y III

Este análisis se puede leer haciendo "click" sobre el link.

viernes, 6 de diciembre de 2019

La caída de Contantinopla

La caída de Constantinopla y la posibilidad de la tragedia


Norma Márquez Puentes.
Estudiante de primer semestre de la licenciatura en letras en la 
Unidad Académica de Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas. 

El propósito de este ensayo es analizar la posibilidad de convertir un texto histórico, "La Caída de Constantinopla, 1453" de Sir Steven Runciman, en una tragedia griega usando los parámetros establecidos por Aristóteles en "La Poética". Cuando se habla del esplendor de los reyes y heroes de la cultura Griega y Romana se recuerda quizá a Leónidas, pero nunca nadie habla de Constantino XI, último rey del imperio Bizantino. ¿Es posible hacer una tragedia griega con la caída del último heredero de los césares de Roma?
Para leer el ensayo haz click aquí

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Análisis del Salmo 1

Libro de los Salmos


Análisis realizado por la Prof. Paola De Nigris



Este libro, también llamado Salterio, está formado por las composiciones poéticas del pueblo hebreo, realizadas durante todo el Antiguo Testamento. Cada poema, llamado Salmo, es una unidad en sí misma y refleja las intimidades del alma en una búsqueda de comunicación con Dios. Es por eso que muchas de ellas son oraciones elevadas a Jehová, como alabanza, como ruego, como búsqueda de respuestas a situaciones vividas personales o colectivas.
La mayoría de los salmos se le atribuyen a David, pero hay otros salmos atribuidos a Asaf, a los hijos de Coré, a Salomón, a Moisés, entre otros.
La crítica ha hecho diferentes clasificaciones de los salmos, tal vez la más clara sería:
1. Históricos: que se conectan con algún hecho puntual de la historia de Israel.
2. Mesiánicos: que tratan, en forma figurada, los sufrimientos del Mesías y las glorias posteriores.
3. Proféticos o Milenarios: que señalan el futuro del pueblo de Israel en la tribulación.
4. Penitencial: que recuerda los pecados del salmista y su ruego por perdón.
5. Imprecatorio: que implora a Dios que tome venganza sobre los enemigos de su pueblo.
6. Adoración y Alabanza: que recuerdan y reconocen la condición humana frente a la la misericordia de Dios. Baste decir que la misericordia es el amor de Dios que se ve conmovido a actuar a causa de la miseria del hombre.
Toda la escritura bíblica está escrita en versículos que son, según la Real Academia, divisiones breves o versos de un poema escrito sin rima ni metro fijo, generalmente largo y con una unidad de sentido. Se asocia esta palabra a las Escrituras Sagradas.
Salmo 1
1 Bienaventurado el varón que
no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Antes en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas,
Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos: Sino como el tamo
que arrebata el viento.
5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Tema y estructura del Salmo 1
Este salmo está dividido en seis versículos, los primeros tres hablarán del camino de los justos y su recompensa, y los últimos tres del camino de los pecadores y su fin, marcando claramente que existen dos caminos a seguir y que el hombre elige transitar por uno de ellos, pero nunca se puede transitar por los dos a la vez. De allí que la división es clara, y el tema podría encuadrarse en la justicia de Dios. Dios dará al hombre conforme al camino que ha elegido, teniendo cada elección su consecuencia.
Por lo dicho anteriormente, el salmo 1 es el salmo introductorio del libro, porque funda las bases de la moral judaica, siendo su pilar fundamental lo que el Antiguo Testamento llama el “Temor de Dios”, que se traduce en respeto, reverencia, alabanza, reconocimiento y cuidado de sus ordenanzas, reconociendo quién es el hombre y quién es Dios. Este es el principio que separa al justo del pecador, al pío del impío.
No está demás aclarar que el pecador o el impío es aquel que trasgrede la ley de Dios, aquel que no lo respeta, ni lo tiene en cuenta, aquel que no tiene temor de Dios. Para la concepción judeo cristiana, todos los hombres son pecadores, desde el huerto del Edén, cuando decidieron desobedecer la palabra de Dios de no comer del fruto del bien y del mal. Esa decisión llevó a la caída del hombre y todos los que vinieron después de Adán no tienen en el corazón el temor de Dios, sino más bien, tienden, siempre a desobedercerlo. El fundamento del mesianismo, es justamente la aparición de un Mesías que salve al hombre de aquel primer error y lo reconcilie con Dios. Para los Judíos, ese Mesías aún no ha llegado, para los Cristianos, el Mesías es Cristo y con Él es posible la reconciliación con el Padre y la limpieza de todos los pecados.
Pero en el momento que se escriben los salmos, se espera al Mesías, y todo recae en la voluntad del hombre de no dejarse llevar por el camino de los pecadores.
El justo: versículos 1 - 3
1 Bienaventurado el varón que
no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
El poema comienza con la palabra “bienaventurado” que en otras versiones se traduce como “felices”. Esta palabra se utiliza también en el Nuevo Testamento, cuando Cristo en el Sermón del Monte habla de las conocidas “bienaventuranzas” (Mateo 5). También se utiliza esta palabra en varios proverbios. El término se refiere a la prosperidad o felicidad que percibe quien es favorecido por alguien superior, aunque no siempre se la asocia con la felicidad. Por ejemplo en Job 5:17-18 se habla del hombre bienaventurado porque recibe el castigo de Dios y no menosprecia su corrección. 
En sí, ser “bienaventurado” tiene que ver con ser bendecido por Dios, tener una “buena ventura”, aún cuando sea para castigo o para socorro, siempre es bueno andar por el camino de los justos, es por ello que el salmo comienza asegurando la promesa de su presencia siempre que el hombre no elija caminar por la senda de los perversos.
Este versículo está estructurado a partir de un paralelismo. Esta es una figura literaria que consiste en la utilización de expresiones que se encadenan a través del sentido, pero que se dividen en hemistiquios. Existen varios tipos de paralelismos. Los más conocidos son tres: sinonímico, antitético y sintético. El primero utiliza expresiones sinónimas repitiendo la idea con diferentes palabras. El segundo utiliza dos ideas que se oponen. El tercero utiliza ideas que se van complementando. En este caso, a pesar de la proliferación de las conjunciones negativas (“no… ni”), nos encontramos ante un paralelismo sintético, pero a través de una antítesis. Se define al varón justo, pero no se lo hace a través de lo que debería hacer, sino en relación a lo que no haría. En esa enumeración de lo que no corresponde a un justo es que cobra sentido el paralelismo sintético, porque cada idea va a complementar la anterior.
Observemos la forma en que se define al varón justo. En primer lugar no se deja llevar por el “consejo de malos”, no presta su oído a escuchar cosas que encierran maldad, no piensa en hacer el mal, en vengarse o en desearle el mal a otros. Elije separarse cerrando sus oídos y su entendimiento a aquello que sería un daño para otros. Este es un mandamiento moral, que comienza con algo tan tímido como ser prestar el oído y considerar aquello que haría daño.
Pero en la segunda idea ya no habla solo de oír, sino de caminar con los pecadores. Esto implica una acción más comprometida por parte de quien prestó su oído. Es como si fuera la consecuencia obvia de quien escuchó y consideró a las palabras perversas del injusto o impío. Por ello es un paralelismo sintético, porque ya no solo escucha sino que anda con él. El justo cierra sus oídos y elige un camino diferente.
La tercera idea es mayor aún que las anteriores, porque ya no sólo oyó y caminó, sino que se sentó, se quedó cómodamente con aquellos que suelen burlarse, por eso “escarnecedores”, de los otros, pero también de Dios, que se concibe en esta cultura como el creador de todas las cosas. Así pues también del hombre. Elige morar, sentarse, compartir el pan, la mesa, de aquellos que se burlan de la ley divina. Por lo tanto, cuando al principio hablábamos de la falta de temor de Dios, nos referíamos a esto mismo, el impío no tiene respeto por el otro, por lo tanto tampoco lo tendrá para con Jehová.
Los verbos que utiliza este paralelismo “anduvo”, “estuvo”, “se ha sentado” muestran una enumeración progresiva de aquel que ha torcido su camino, yéndose por la senda equivocada. El justo, por tener el temor de Dios, tendrá la sabiduría para no hacer esas cosas que el salmo advierte desde su primer versículo.
2 Antes en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
El justo, que se aparta del camino de los pecadores, es ahora definido por sus acciones positivas, por eso se utiliza el adverbio “antes”, por sobre todas las cosas, en primer lugar, elije y su elección es la ley de Jehová. Su accionar, antitético al del versículo 1 (contrario) es meditar siempre en la palabra de Dios que es para el salmista su delicia. Utilizando una sinestecia, si se quiere, el salmista asocia la ley, que sería algo que entra por el oir o el ver y lo vincula con una palabra relacionada con el gusto, dando a entender que la ley de Dios no sólo se lee o se escucha, sino que también se saborea y forma parte del accionar cotidiano del hombre. Es por ello que el salmista “medita de día y de noche”, una nueva antítesis que cierra el ciclo, dejando en claro que esa ley es disfrutada constantemente por él, y justamente esa la garantía de andar por el camino recto.
3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas,
Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
El último versículo de la descripción del varón recto termina con una imagen que da cuenta de la promesa que tiene quien elige caminar por esa senda. La imagen se presenta en forma de comparación, de allí el nexo “como”. El varón recto, limpio, temeroso de Dios será como el árbol, y a partir de un nuevo paralelismo sintético, el salmista va construyendo la imagen de este árbol, frondoso, sano, bien plantado, porque está jundo al arroyo. El agua, símbolo de vida, es también símbolo de la palabra de Dios en múltiples pasajes de la Biblia. Así pues crecerá sano, fuerte y arraigado porque está alimentado de la palabra en la que medita día y noche.
Este árbol, no solo tendrá estas características que ya son buenas para él, sino también dará “fruto en su tiempo”, es decir que será fértil, que alimentará a otros, que será útil para otros. Pensemos que el camino de los malos, en el versículo 1, era el de burlarse de los otros, pensar mal de ellos, en cambio en esta imagen hay vida que ayuda a sostener a otras vidas, las alimenta.
Y termina con una promesa “su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. No hay corrupción y muerte para ese árbol, sino que será perpetuamente un aliento para todos los que bajo su sombra se amparen. No pasará por la desprotección del invierno, figura de los momentos hostiles, sino que siempre estará próspero, siempre estará así porque está alimentando sus raíces con las aguas de vida, figura de la ley de Jehová. Antes habíamos visto que la palabra “bienaventurado” no solo se refería al bien, también puede asociarse a momentos difíciles. La bienaventuranza no es la felicidad ni la prosperidad humana, sino el saber que Jehová está con el justo siempre, así pues no importa las circunstancias, nada hará mover o caer a ese árbol.
El pecador: versículos 4 – 6
4 No así los malos: Sino como el tamo
que arrebata el viento.
En el versículo 4 aparece la figura de los malos, en plural, encontraposición al varón justo en singular. Esto nos muestra, en principio, que la elección del varón justo, siempre será solitaria, mientras que la de los pecadores parece siempre estar llena de gente, tal vez ese es el precio de la separación. Al justo se lo empezó definiéndose por lo que no hacía y se lo terminó comparándo con la imagen del árbol fuertemente arraigado, ahora se comienza a definir a los pecadores por una imagen antitética a la anterior y se terminará por lo que no harán los pecadores.
La imagen que se utiliza es el “tamo” que según la Real Academia es “polvo o paja muy menuda de varias semillas trilladas”. Podemos ver la antítesis entre la grandeza del árbol del versículo anterior, y la pequeñez de esta imagen con que se define a los impíos. Ellos son insignificantes, aunque se burlen y maltraten de hecho o de pensamiento a los otros. Lo son porque van por el camino torcido y porque desprecian la ley de Jehová, burlándose también de ella. No hay en ellos vida, son “semillas trilladas”, infértiles ya, que se dejan llevar de un lugar a otro, y que no llevarán nada bueno, ningún fruto que alimentar a otros. Son representaciones de la muerte, aunque estén en movimiento por fuerzas que ni siquiera controlan, como ser el viento.
Podemos pensar en la contraposición de las imágenes y mientras una está quieta y útil, la otra se mueve pero es inútil, y ni siquiera se mueve por su propia voluntad.
5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Luego de presentada esta penosa imagen de los pecadores, el salmista, en forma quiásmica (estructura de espejo) comienza a decir lo que no podrán hacer estos hombres. Para entender la figura del quiasmo, tenemos que pensar en la estructura de espejo: ab/ba, si decimos que “a” es lo que no será y “b” lo que será, podemos ver como el versículo 1 es “a”, el 2 y 3 es “b”; y en relación a los malos, el versículo 4 es “b” y el 5 “a”; así pues, la estructura queda ab/ba.
Los malos no tendrán lugar en el lugar de los justos. La brecha que los separa se agranda. No estarán en el juicio de ellos, no tendrán parte ni voz en el lugar en que se congregan, se juntan, se hermanan los varones de recto camino. Aquellos que trasgreden la ley de Dios, no tendrán parte en la justicia divina. Por eso decíamos que el tema del salmo no sólo era el camino que se escogía, sino la justicia de Dios, que no permitirá que los impíos se mezclen con el hombre que se ha esforzado por deleitarse día y noche en su palabra, teniendo temor de Dios.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Por esta razón el salmo culmina con un versículo 6 que lo resume todo. Dios, por encima del hombre, tiene la cualidad de ser omnisciente, es decir, lo conoce todo, conoce el camino de los píos y de los impíos, y como por sobre toda las cosas es justo, hará justicia ante uno u otro. Dará a cada quien lo que merece conforme a su elección. Así pues, el salmo termina, no sólo confirmando la promesa para los justos, sino también condenando a los injustos. Estos perecerán, morirán. Para el hombre, la justicia es un tema difícil y doloroso. En este salmo, el salmista pone el tema en manos de Dios, confiando plenamente en su justicia, sabiendo que él conoce todas las cosas.

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Información general. Florencio Sánchez y El desalojo

Información: Florencio Sánchez y El desalojo