Coplas por la muerte de su padre
Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte
Tan callando,
Cuán presto se va el placer,
Cómo, después de acordado,
Da dolor,
Cómo, a nuestro parecer,
Cualquiera tiempo pasado
Fue mejor.
III
Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar en la mar,
Que es el morir;
Allí van los señoríos
Derechos a se acabar
Y consumir;
Allí los ríos caudales,
Allí los otros medianos
Y más chicos,
Allegados, son iguales
Los que viven por sus manos
Y los ricos.
V
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que, cuando morimos,
descansamos.
VIII
Decidme: la hermosura,
y gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.
Jorge Manrique
excelentes trabajos claros y concisos
ResponderEliminar