Libro de los Salmos
Análisis realizado por la Prof. Paola De Nigris
Este libro, también
llamado Salterio, está formado por las composiciones poéticas del pueblo hebreo, realizadas durante todo
el Antiguo Testamento. Cada poema, llamado Salmo, es una unidad en sí misma y
refleja las intimidades del alma en una búsqueda de comunicación con Dios. Es
por eso que muchas de ellas son oraciones elevadas a Jehová, como alabanza,
como ruego, como búsqueda de respuestas a situaciones vividas personales o
colectivas.
La
mayoría de los salmos se le atribuyen a David, pero hay otros salmos atribuidos
a Asaf, a los hijos de Coré, a Salomón, a Moisés, entre otros.
La
crítica ha hecho diferentes clasificaciones de los salmos, tal vez la más clara
sería:
1.
Históricos: que se conectan con algún hecho puntual de la historia de Israel.
2.
Mesiánicos: que tratan, en forma figurada, los sufrimientos del Mesías y las
glorias posteriores.
3.
Proféticos o Milenarios: que señalan el futuro del pueblo de Israel en la
tribulación.
4. Penitencial:
que recuerda los pecados del salmista y su ruego por perdón.
5.
Imprecatorio: que implora a Dios que tome venganza sobre los enemigos de su
pueblo.
6.
Adoración y Alabanza: que recuerdan y reconocen la condición humana frente a la
la misericordia de Dios. Baste decir que la misericordia es el amor de Dios que
se ve conmovido a actuar a causa de la miseria del hombre.
Toda la
escritura bíblica está escrita en versículos que son, según la Real Academia,
divisiones breves o versos de un poema escrito sin rima ni metro fijo,
generalmente largo y con una unidad de sentido. Se asocia esta palabra a las
Escrituras Sagradas.
Salmo 1
1 Bienaventurado el varón que
no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Antes en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas,
Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos: Sino como el tamo
que arrebata el viento.
5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Tema y
estructura del Salmo 1
Este
salmo está dividido en seis versículos, los primeros tres hablarán del camino
de los justos y su recompensa, y los últimos tres del camino de los pecadores y
su fin, marcando claramente que existen dos caminos a seguir y que el hombre
elige transitar por uno de ellos, pero nunca se puede transitar por los dos a
la vez. De allí que la división es clara, y el tema podría encuadrarse en la
justicia de Dios. Dios dará al hombre conforme al camino que ha elegido,
teniendo cada elección su consecuencia.
Por lo
dicho anteriormente, el salmo 1 es el salmo introductorio del libro, porque
funda las bases de la moral judaica, siendo su pilar fundamental lo que el
Antiguo Testamento llama el “Temor de Dios”, que se traduce en respeto,
reverencia, alabanza, reconocimiento y cuidado de sus ordenanzas, reconociendo
quién es el hombre y quién es Dios. Este es el principio que separa al justo
del pecador, al pío del impío.
No está
demás aclarar que el pecador o el impío es aquel que trasgrede la ley de Dios,
aquel que no lo respeta, ni lo tiene en cuenta, aquel que no tiene temor de
Dios. Para la concepción judeo cristiana, todos los hombres son pecadores,
desde el huerto del Edén, cuando decidieron desobedecer la palabra de Dios de
no comer del fruto del bien y del mal. Esa decisión llevó a la caída del hombre
y todos los que vinieron después de Adán no tienen en el corazón el temor de
Dios, sino más bien, tienden, siempre a desobedercerlo. El fundamento del
mesianismo, es justamente la aparición de un Mesías que salve al hombre de
aquel primer error y lo reconcilie con Dios. Para los Judíos, ese Mesías aún no
ha llegado, para los Cristianos, el Mesías es Cristo y con Él es posible la
reconciliación con el Padre y la limpieza de todos los pecados.
Pero en
el momento que se escriben los salmos, se espera al Mesías, y todo recae en la
voluntad del hombre de no dejarse llevar por el camino de los pecadores.
El
justo: versículos 1 - 3
1 Bienaventurado el varón que
no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
El
poema comienza con la palabra “bienaventurado” que en otras versiones se
traduce como “felices”. Esta palabra se utiliza también en el Nuevo Testamento,
cuando Cristo en el Sermón del Monte habla de las conocidas
“bienaventuranzas” (Mateo 5). También se utiliza esta palabra en varios proverbios.
El término se refiere a la prosperidad o felicidad que percibe quien es
favorecido por alguien superior, aunque no siempre se la asocia con la
felicidad. Por ejemplo en Job 5:17-18 se habla del hombre bienaventurado porque
recibe el castigo de Dios y no menosprecia su corrección.
En sí,
ser “bienaventurado” tiene que ver con ser bendecido por Dios, tener una “buena
ventura”, aún cuando sea para castigo o para socorro, siempre es bueno andar
por el camino de los justos, es por ello que el salmo comienza asegurando la
promesa de su presencia siempre que el hombre no elija caminar por la senda de
los perversos.
Este versículo está estructurado a
partir de un paralelismo. Esta es una figura literaria que consiste en la
utilización de expresiones que se encadenan a través del sentido, pero que se
dividen en hemistiquios. Existen varios tipos de paralelismos. Los más
conocidos son tres: sinonímico, antitético y sintético. El primero utiliza
expresiones sinónimas repitiendo la idea con diferentes palabras. El segundo
utiliza dos ideas que se oponen. El tercero utiliza ideas que se van
complementando. En este caso, a pesar de la proliferación de las conjunciones
negativas (“no… ni”), nos encontramos ante un paralelismo sintético, pero a
través de una antítesis. Se define al varón justo, pero no se lo hace a través
de lo que debería hacer, sino en relación a lo que no haría. En esa enumeración
de lo que no corresponde a un justo es que cobra sentido el paralelismo sintético,
porque cada idea va a complementar la anterior.
Observemos la forma en que se
define al varón justo. En primer lugar no se deja llevar por el “consejo de
malos”, no presta su oído a escuchar cosas que encierran maldad, no piensa en
hacer el mal, en vengarse o en desearle el mal a otros. Elije separarse
cerrando sus oídos y su entendimiento a aquello que sería un daño para otros.
Este es un mandamiento moral, que comienza con algo tan tímido como ser prestar
el oído y considerar aquello que haría daño.
Pero en
la segunda idea ya no habla solo de oír, sino de caminar con los pecadores.
Esto implica una acción más comprometida por parte de quien prestó su oído. Es
como si fuera la consecuencia obvia de quien escuchó y consideró a las palabras
perversas del injusto o impío. Por ello es un paralelismo sintético, porque ya
no solo escucha sino que anda con él. El justo cierra sus oídos y elige un
camino diferente.
La tercera idea es mayor aún que
las anteriores, porque ya no sólo oyó y caminó, sino que se sentó, se quedó
cómodamente con aquellos que suelen burlarse, por eso “escarnecedores”, de los
otros, pero también de Dios, que se concibe en esta cultura como el creador de
todas las cosas. Así pues también del hombre. Elige morar, sentarse,
compartir el pan, la mesa, de aquellos que se burlan de la ley divina. Por
lo tanto, cuando al principio hablábamos de la falta de temor de
Dios, nos referíamos a esto mismo, el impío no tiene respeto por el otro, por
lo tanto tampoco lo tendrá para con Jehová.
Los
verbos que utiliza este paralelismo “anduvo”, “estuvo”, “se ha sentado”
muestran una enumeración progresiva de aquel que ha torcido su camino, yéndose
por la senda equivocada. El justo, por tener el temor de Dios, tendrá la
sabiduría para no hacer esas cosas que el salmo advierte desde su primer
versículo.
2 Antes en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
El justo, que se aparta del camino
de los pecadores, es ahora definido por sus acciones positivas, por eso se
utiliza el adverbio “antes”, por sobre todas las cosas, en primer lugar, elije
y su elección es la ley de Jehová. Su accionar, antitético al del versículo 1
(contrario) es meditar siempre en la palabra de Dios que es para el salmista su
delicia. Utilizando una sinestecia, si se quiere, el salmista asocia la ley,
que sería algo que entra por el oir o el ver y lo vincula con una palabra
relacionada con el gusto, dando a entender que la ley de Dios no sólo se lee o
se escucha, sino que también se saborea y forma parte del accionar
cotidiano del hombre. Es por ello que el salmista “medita de día y de noche”,
una nueva antítesis que cierra el ciclo, dejando en claro que esa ley es disfrutada
constantemente por él, y justamente esa la garantía de andar por el camino
recto.
3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas,
Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
El último versículo de la descripción
del varón recto termina con una imagen que da cuenta de la promesa que tiene
quien elige caminar por esa senda. La imagen se presenta en forma de
comparación, de allí el nexo “como”. El varón recto, limpio, temeroso de Dios
será como el árbol, y a partir de un nuevo paralelismo sintético, el salmista
va construyendo la imagen de este árbol, frondoso, sano, bien plantado, porque
está jundo al arroyo. El agua, símbolo de vida, es también símbolo de la
palabra de Dios en múltiples pasajes de la Biblia. Así pues crecerá sano,
fuerte y arraigado porque está alimentado de la palabra en la que medita día y
noche.
Este árbol, no solo tendrá estas
características que ya son buenas para él, sino también dará “fruto en su
tiempo”, es decir que será fértil, que alimentará a otros, que será útil para
otros. Pensemos que el camino de los malos, en el versículo 1, era el de
burlarse de los otros, pensar mal de ellos, en cambio en esta imagen hay vida
que ayuda a sostener a otras vidas, las alimenta.
Y
termina con una promesa “su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. No
hay corrupción y muerte para ese árbol, sino que será perpetuamente un aliento
para todos los que bajo su sombra se amparen. No pasará por la desprotección
del invierno, figura de los momentos hostiles, sino que siempre estará
próspero, siempre estará así porque está alimentando sus raíces con las aguas
de vida, figura de la ley de Jehová. Antes habíamos visto que la palabra
“bienaventurado” no solo se refería al bien, también puede asociarse a momentos
difíciles. La bienaventuranza no es la felicidad ni la prosperidad humana, sino
el saber que Jehová está con el justo siempre, así pues no importa las
circunstancias, nada hará mover o caer a ese árbol.
El
pecador: versículos 4 – 6
4 No así los malos: Sino como el tamo
que arrebata el viento.
En el
versículo 4 aparece la figura de los malos, en plural, encontraposición al
varón justo en singular. Esto nos muestra, en principio, que la elección del
varón justo, siempre será solitaria, mientras que la de los pecadores parece
siempre estar llena de gente, tal vez ese es el precio de la separación. Al
justo se lo empezó definiéndose por lo que no hacía y se lo terminó comparándo
con la imagen del árbol fuertemente arraigado, ahora se comienza a definir a
los pecadores por una imagen antitética a la anterior y se terminará por lo que
no harán los pecadores.
La
imagen que se utiliza es el “tamo” que según la Real Academia es “polvo o paja
muy menuda de varias semillas trilladas”. Podemos ver la antítesis entre la
grandeza del árbol del versículo anterior, y la pequeñez de esta imagen con que
se define a los impíos. Ellos son insignificantes, aunque se burlen y maltraten
de hecho o de pensamiento a los otros. Lo son porque van por el camino torcido
y porque desprecian la ley de Jehová, burlándose también de ella. No hay en
ellos vida, son “semillas trilladas”, infértiles ya, que se dejan llevar de un
lugar a otro, y que no llevarán nada bueno, ningún fruto que alimentar a otros.
Son representaciones de la muerte, aunque estén en movimiento por fuerzas que
ni siquiera controlan, como ser el viento.
Podemos
pensar en la contraposición de las imágenes y mientras una está quieta y útil,
la otra se mueve pero es inútil, y ni siquiera se mueve por su propia voluntad.
5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Luego
de presentada esta penosa imagen de los pecadores, el salmista, en forma
quiásmica (estructura de espejo) comienza a decir lo que no podrán hacer estos
hombres. Para entender la figura del quiasmo, tenemos que pensar en la
estructura de espejo: ab/ba, si decimos que “a” es lo que no será y “b” lo que
será, podemos ver como el versículo 1 es “a”, el 2 y 3 es “b”; y en relación a
los malos, el versículo 4 es “b” y el 5 “a”; así pues, la estructura queda
ab/ba.
Los
malos no tendrán lugar en el lugar de los justos. La brecha que los separa se
agranda. No estarán en el juicio de ellos, no tendrán parte ni voz en el lugar
en que se congregan, se juntan, se hermanan los varones de recto camino.
Aquellos que trasgreden la ley de Dios, no tendrán parte en la justicia divina.
Por eso decíamos que el tema del salmo no sólo era el camino que se escogía,
sino la justicia de Dios, que no permitirá que los impíos se mezclen con el
hombre que se ha esforzado por deleitarse día y noche en su palabra, teniendo
temor de Dios.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Por
esta razón el salmo culmina con un versículo 6 que lo resume todo. Dios, por
encima del hombre, tiene la cualidad de ser omnisciente, es decir, lo conoce
todo, conoce el camino de los píos y de los impíos, y como por sobre toda las
cosas es justo, hará justicia ante uno u otro. Dará a cada quien lo que merece
conforme a su elección. Así pues, el salmo termina, no sólo confirmando la
promesa para los justos, sino también condenando a los injustos. Estos
perecerán, morirán. Para el hombre, la justicia es un tema difícil y doloroso.
En este salmo, el salmista pone el tema en manos de Dios, confiando plenamente
en su justicia, sabiendo que él conoce todas las cosas.

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Muchas gracias. Este blog ha engrandecido mi confianza, gracias a ello creo poder distinguir los paralelismos con claridad.
ResponderEliminarEspectacular entrada. Me ha encantado y me ha ayudado mucho para complementar mi estudio del salmo 1.Gracias!
ResponderEliminarExcelente explicación, me ha ayudado mucho. GRACIAS Dios les bendiga.!!!!
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