lunes, 2 de marzo de 2009

La literatura

La Literatura

El Arte

En primer lugar, para poder hablar de Literatura es necesario hablar de Arte. ¿Por qué? Porque en primera instancia, la Literatura es Arte.

¿Qué es el Arte, entonces? Responder esta pregunta es casi imposible. Años de reflexiones de grandes pensadores no logran una definición que conforme, porque el Arte resulta más profundo, cuanto más se estudia. Por lo tanto definirlo se ha vuelto una tarea imposible, así que sólo vamos a conformarnos con acercarnos atrevidamente al tema.

Según el diccionario común, el Arte “es una actividad creativa, propia del hombre, para la que se recurre a ciertas facultades sensoriales, estéticas e intelectuales”. A esta definición le falta destacar un aspecto fundamental: el Arte tiene sentido en tanto y en cuanto exista la posibilidad de compartirlo con alguien o de comunicárselo a alguien. Si no es así, nunca se cierra el proceso que implica una obra artística.

¿Por qué es importante el Otro? Porque el arte tiene un propósito y es el de provocar una emoción estética. Quién hace algo artístico tiene el deseo de comunicar. A través de esa expresión y de la forma que ha elegido para expresar, pretende provocar, en quien se encuentra con la obra, una emoción que surja de la forma que el artista ha encontrado para mostrar su interioridad o su alma. Es por eso que en la definición del diccionario se habla de “facultades sensoriales, estéticas e intelectuales”.

Hemos llegado al momento de definir la palabra “estética”. Dicha palabra es fundamental para entender al Arte. La estética es “la teoría de la belleza en general y del sentimiento que despierta en el hombre”. Así que una emoción estética es un sentimiento provocado por la “belleza” que se desprende de la obra. Es preciso aclarar en este momento que cuando hablamos de belleza en el Arte, no hablamos de algo “lindo”. La belleza puede incluir lo que al gusto popular sería escandalizador o incluso “feo”, asqueroso y hasta repugnante. Lo que hace a la belleza en el Arte es la elaboración racional, intelectual e intencional de la obra, mezclado con la sensación, el sentimiento y la urgencia de expresar.

De esto se desprende que nada en el Arte es inocente o casual. Todo en él tiene un sentido, un propósito y compete a quien lo disfruta encontrar posibles respuestas que no son más que puertas a laberintos en los que el artista se complace en sumergirnos.

Hablar de Arte implica hablar de diferentes disciplinas artísticas que son formas en que el Arte se expresa: la música, la escritura, la pintura, la danza, la escultura, el cine, entre otras tantas.

La literatura

La Literatura es un arte, o una disciplina artística y como tal intenta provocar una emoción estética. Pero así como las diferentes disciplinas tienen su materia de trabajo, la de materia de la Literatura es la palabra. “Literatura” viene de “letra”, así que hablar de esta disciplina es hablar de palabra escrita. Esto no es exactamente así, ya que existen expresiones artísticas que implican el código de la lengua y no son necesariamente escritas. Es el caso, por ejemplo, de los payadores, que muchas veces crean espontáneamente grandes producciones artísticas verbales, que mueren cuando acaba la payada. Así también hubo en los albores de nuestra cultura, innumerables producciones artísticas orales que quedaron en la memoria colectiva del pueblo y sólo varios siglos después se lograron escribir, no siendo el producto escrito una copia fiel de tales producciones.

De todas maneras solemos llamar Literatura a los textos artísticos, orales o escritos, que tienen el propósito de provocar una emoción estética. Si el texto literario cumple con el propósito de conmover a través de la forma, obviamente la Literatura siempre será ficción. Podrían pensar que hay novelas o cuentos basados en historias reales, sin embargo, desde el momento que se intenta provocar una emoción estética, se trastoca esa historia con el fin de provocar algo, así que aunque se asemeje a lo sucedido, nunca será exactamente lo que sucedió. El escritor siempre es un manipulador de la emoción del lector. Mientras que se supone que un historiador, no intenta manipular al lector, sino informar sobre lo sucedido de la forma más objetiva posible.

Un texto literario “manifiesta una intención de embellecer la expresión de modo que el receptor se sienta atraído no sólo por lo que se dice sino también por la forma en que se utiliza el lenguaje”.

Seguramente, frente a estos dos textos, podemos deducir inmediatamente cuál es un texto literario y cuál no lo es:

Texto 1:

Tigre: (del latín tigris) Mamífero carnicero muy feroz y de gran tamaño, parecido al gato en la figura. tiene pelaje denso y corto, blanco en el vientre, amarillento y con rayas negras en el lomo y la cola, donde las tiene en forma de anillos. Habita principalmente en India.

Texto 2:

Nunca vimos en los animales de casa orgullo mayor que el que sintió nuestra gata cuando le dimos de amamantar una tigrecita recién nacida.

La olfateó largos minutos por todas partes, hasta volverla de vientre; y por más largo rato aún, la lamió y la alisó y la peinó sin parar mientes en el ronquido de la fierecilla, que comparado con la queja maullante de los otros gatitos, semejaba un trueno.

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Seguramente ya has descubierto cuál de los dos textos es un texto literario. ¿Podrías encontrar en el texto literario, las expresiones que busquen provocar una emoción estética, es decir que busquen manipular al lector, para provocarle algo a través de su lenguaje?

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